Título: Palabras radiantes
Título original: Words of radiance
Autor: Brandon Sanderson
Editorial: Ediciones B
Fecha publicación: julio 2015
Páginas: 1.244
Páginas: 1.244
La fantasía épica siempre ha sido un género literario denostado por gran número de lectores. Yo llevo leyendo el mismo desde los 10 años (habiendo empezado con El Señor de los Anillos, introduciéndome en un mundo (más bien muchos y diferentes) del que ni he podido ni he querido escapar. Hubo una época en la que no encontraba libros de este género que me introdujeran en la historia y me sintieran sentir uno con los personajes, pero eso cambió con el descubrimiento de Sanderson cuando comenzó a completar la saga de La Rueda del Tiempo (Robert Jordan).
Las obras de Sanderson, a excepción de Steelheart y El Rithmatista están ambientadas en el Cosmere, del que se habla por primera vez en El Camino de los Reyes. El Cosmere es el mundo de Sanderson, un universo enorme en el que aúna tanto la saga de Nacidos de la Bruma como la que nos atañe.
Centrándonos en lo que nos importa, Palabras radiantes ha sido la mejor obra de fantasía épica que he leído desde Tormenta de espadas y El Camino de los Reyes.
Una vez más, la historia está contada fundamentalmente desde el punto de vista de cuatro personajes principales: Kaladin (el ojos oscuros que se hace con el puesto de capitán de la Guardia del Puente Cuatro cuyo fin es proteger a la Familia Real), Shallan Davar (la erudita de Jah Keved, discípula de Jasnah Kholin, que va a descubrir una gran verdad... o una gran mentira), Dalinar Kholin (el elegido por el Padre Tormenta para la reinstalación de los Caballeros Radiantes) y su hijo, Adolin Kholin (experto duelista cuya afición será clave en el devenir de esta historia). A estos personajes principales hay que añadirle Szeth sin-verdad de Shinovar, asesino contratado por los parshendi para acabar con el Rey Gavilar, siendo este el motivo de inicio de esta larga guerra entre los empleadores y los alezi) y un nuevo personaje, Eshonai (portadora de esquilada parshendi).
Shallan se verá enfrascada en su misión de encontrar Urithiru, la antigua capital del reino gobernado por Nohadon y sede de los Caballeros Radiantes. Mientras, Dalinar seguirá enfrascado en su misión de volver a formar las diferentes subórdenes que componen dicha Orden. Adolin se encargará de devolver el honor y el respeto a la casa Kholinar y Kaladin se conocerá a si mismo.
Eshonai descubre la realidad de los parshendi, las costumbres y naturaleza de su pueblo y luchará consigo misma para poder tomar la decisión adecuada que acabe con esta larga guerra.
Szeth simplemente internará cumplir con su contrato, sin olvidar su expulsión de Shinovar y los motivos que a ella condujeron.
Además me gustaría hacer referencia a Sagaz, un personaje en apariencia insignificante, pero de gran inteligencia que parece ocultar algo de gran importancia.
En el desarrollo de la historia (no quiero hacer spoilers), al igual que en el primer volumen se hacía referencia a la infancia de Kaladin, acercándonos al personaje, ahora toca conocer la controvertida infancia de Shallan, regida por un padre agresivo y autoritario.
Otro aspecto relevante de la historia son los spren, esas criaturas de luz que no tienen consciencia, pero que adquieren la misma al seguir a una persona capaz de manejar la luz tormentosa. Así, se irán descubriendo secretos sobre Syl y Patrón, los spren de Kaladin y Shallan, respectivamente. Ellos harán evolucionar estos personajes hacia algo más, hacia ser alguien más.
Una vez más, a lo largo de los capítulos iremos encontrando ilustraciones que sumergen al lector en la fauna y flora de Roshar, así como en sus costumbres y tradiciones.
Hasta aquí llega la reseña de hoy. Sé que me he enrollado tal vez más de lo habitual, pero es que con un libro tan extenso (>1.200 páginas) no se puede ser más claro si hacer algún spoiler.
Sinopsis: los Caballeros Radiantes deben volver a alzarse.
Los antiguos juramentos por fin se han pronunciado. Los hombres buscan lo que se perdió. Temo que la búsqueda los destruya.
Es la naturaleza de la magia. Un alma rota tiene grietas donde puede colarse algo más. Las potencias, los poderes de la creación misma; pueden abrazar un alma rota, pero también pueden ampliar sus fisuras.
El Corredor del Viento está perdido en una tierra quebrada, en equilibrio entre la venganza y el honor. La Tejedora de Luz, lentamente consumida por su pasado, busca la mentira en la que debe convertirse. El Forjador de Vínculos, nacido en la sangre y la muerte, se esfuerza ahora por reconstruir lo que fue destruido. La Exploradora, a caballo entre los destinos de dos pueblos, se ve obligada a elegir entre una muerte lenta y una terrible traición a todo en lo que cree. Ya es hora de despertarlos, pues acecha la eterna tormenta.
Y el Asesino ha llegado.
5/5
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