Título original: Under heaven
Autor: Guy Gavriel Kay
Editorial: RBA
Fecha publicación: Septiembre 2012
Páginas: 616
Reseña: Guy Gavriel Kay es un afamado autor de fantasía que llegó a mi mano a través de una trilogía llamada El Tapiz de Fionavar que me regaló alguien que se iba a deshacer de gran cantidad de libros y que fue publicada por Timunmas en 1989. Sinceramente, no sabía que aún seguía en activo, por lo que cuando vi en la librería una obra de este escritor no pude hacer otra cosa salvo hacerme con ella inmediatamente.
Con la obra que tenemos entre manos, Los Caballos Celestiales, Kay sumerge al autor en la China de la dinastía Tang, estando protagonizada la historia por Shen Tai, hijo de Shen Gao, un auténtico héroe de guerra en esa época. Algo que hace magistralmente este autor es aunar la realidad y la fantasía en una historia entrañable de amor, fantasmas y aventuras. Es una obra que pertenece a lo que se conoce como fantasía histórica. Lo que hace el autor es trasladar los acontecimientos acaecidos durante el final de la Novena Dinastía en China, modificando los nombres de quienes tienen peso en la historia, y el paso a una nueva etapa que se conoció como Las Cinco Dinastías y los Diez Reinos.
Tras la muerte de Shen Gao, sus tres hijos deciden llevar vidas separadas y afrontar el periodo de duelo de distinta forma, lo que llevará al lector a través de tres diferentes líneas argumentales. El protagonista de la historia, Shen Tai, decidirá superar su periodo de duelo apartado de la sociedad, en el valle de Kuala Nor. En este lugar, los muertos yacen insepultos, sus huesos destellando bajo la intensa luz del sol. Al quedarse allí, su misión para expiar sus culpas consistía en enterrar los muertos: la gente que lo conocía creía que lo hacía para honrar a su difunto padre, pero la realidad que nadie conocía era que, cada noche, las almas de los muertos insepultos se presentaban ante Shen Tai, atormentándolo y buscando descansar en paz bajo tierra de una vez por todas.
Ante este trabajo realizado, la Emperatriz decide regalarle doscientos cincuenta caballos de la lejana Sardia, los denominados caballos celestiales. Como requisito, estos caballos debían ser recogidos por él en persona como pago por dar sepultura a tantas almas errantes sin importar si eran amigas o enemigas.
Todo marcha correctamente hasta el momento en que la ambición de los políticos del Imperio Kitan (nombre que recibe el Imperio de la Novena Dinastía) deciden que esos caballos no deben ser para Shen Tai y tratan de obtenerlos sin importar los medios para ser usados con fines políticos. El regalarle estos caballos que, en la realidad fueron de gran importancia y prácticamente venerados durante esta dinastía, convierten a nuestro protagonista en un objetivo...
Pero el héroe no es un héroe al uso y, por ello, la novela pasa de ser una novela de fantasía y aventuras, a ser una novela que se centra fundamentalmente en la recreación del Imperio de los Tang, de tal forma que pierde gran parte de su esencia y hace ver al lector que falta algo que llene la novela. No sé si es un final precipitado, pero Kay no maneja tan bien como debería haberlo hecho las tramas de los tres hermanos, llegando incluso a cambiar roles de personajes de forma brusca, sin una serie de acontecimientos que lo lleven a ese cambio. Simplemente, Kay muestra a un personaje de una forma y, a conveniencia, lo transforma en otro.
La novela es entretenida y está escrita con una prosa inteligente y legible, pero la parte fantástica (por decirlo de alguna forma) queda corta. Toda la historia de fantasía recreada por medio de las almas errantes de Kuala Nor, el personaje de Meshag y la manada de lobos que lo sigue, las mujeres zorro, la magia de los chamanes y los cisnes espías, no abarca ni una tercera parte de la totalidad de la obra.
En cuanto a los personajes, no están todos muy desarrollados, llegando al punto de que si algunos desapareciesen de la trama no se notaría el cambio, y además podría haber tenido más peso en la obra otros personajes que llegan al lector pero no consiguen calar en él por su falta de protagonismo, como es el caso de Sima Zian (poeta conocido como "El Desterrado Inmortal").
Decir que la obra me gustó por ser yo un amante de la cultura oriental, pero a la vez me disgustó por no cumplir mis expectativas en lo que a literatura fantástica y acción en la trama se refiere. Es una novela lenta que, incluso, en la traducción del título al español es engañosa. En inglés, el título original es Under Heaven, nombre por el que era conocida la dinastía de los Tang y, la traducción al español provoca que sean los caballos celestiales quienes parecen ser los protagonistas cuando se tratan fundamentalmente de refilón y es la Novena Dinastía la trama central de la obra.
Sinopsis: El emperador Taizu de la Novena Dinastía gobierna sobre Kitai, el reino más rico y poderoso del mundo. Su poder se extiende gracias al empuje de sus ejércitos y a la burocracia de los mandarines, que han traído décadas de paz. En Kuala Nor, un campo de batalla en medio de las montañas, Shen Tai, hijo del difunto general Shen Gao, honra la memoria de su padre enterrando a los muertos, amigos y enemigos, de incontables batallas libradas en esa llanura. Los fantasmas le hablan por las noches, apenados o furiosos, hasta que entierra sus huesos y acalla sus voces. Por su labor recibe el fabuloso regalo de 250 Caballos Celestiales. Este regalo cambiará su vida y le lanzará al torbellino de las intrigas políticas y militares de finales del reinado del anciano emperador.
3/5