Título original: The black prism
Autor: Brent Weeks
Editorial: Plaza & Janés
Fecha publicación: septiembre 2012
Páginas: 704
Reseña: nos encontramos ante la cuarta obra de este autor norteamericano, tras la trilogía El ángel de la noche, que marca el inicio de una tetralogía que recibe el nombre de El portador de la luz. Weeks, al igual que Sanderson y Abercrombie, son los tres escritores de fantasía que han despuntado en los últimos años y a los que me he aficionado casi simultáneamente. Además, un hecho que juega mucho a su favor es la capacidad que tienen de escribir las novelas en poco tiempo, siendo estas de una gran calidad, de tal forma que los lectores se evitan las largas esperas que suele haber entre volúmenes dentro de este género (véase Canción de hielo y fuego o La rueda del tiempo, dos macrosagas que han hecho esperar varios años entre uno y otro volumen).
En esta obra, el lector es llevado a un mundo en que las armas de fuego conviven con la más poderosa magia. Todo comienza varios años más tarde de una terrible guerra que enfrentó a los hermanos Guile por el dominio de las Siete Satrapías, siendo Gavin el vencedor y Dazen el vencido. Desde ese entonces Gavin se convirtió en el Prisma quien gobierna según su voluntad gracias a su dominio de la cromaturgia (magia). Desde esa guerra por el poder se mantiene la paz en las Siete Satrapías, pero esta se va a tambalear debido a la aparición de Kip, el hijo bastardo de Gavin.
El uso de la magia en el mundo ideado por Weeks está basado en la luz y los colores, pudiendo ser los personajes monocromos (dominan un color), policromos (más de un color) o dominar el espectro completo (el Prisma).
Algo que no va a faltar en esta novela son las sorpresas, los inesperados giros de los acontecimientos magistralmente ensamblados en la obra que no van a hacer que el lector piense que son sacados de la chistera.
Además, es uno de esos libros que te agarra con fuerza y no te suelta desde sus primeras páginas. Brent Weeks lo consigue imprimiendo un ritmo endiablado a la trama gracias a un uso inteligente y ágil de los distintos puntos de vista y a la relativa brevedad de cada capítulo. Son varios los protagonistas de la novela, aunque solamente dos, Gavin y Kip, son los que cargan con la mayor parte del peso de la trama. La variedad de puntos de vista ayuda asimismo a conocer mejor las diversas motivaciones de los personajes y aporta más profundidad a la interacción entre unos y otros, al tiempo que aumenta la tensión dramática de ciertos momentos por el contraste entre lo que sabe el lector y lo que desconocen los personajes.
Kip puede ser el descubrimiento más interesante de la novela. Es un joven de 15 años, gordo, torpe y cobarde que lo compensa todo con una lengua afilada que le mete en más de un problema y que aporta una agradable faceta cómica al personaje. Sin embargo, conforme avanza la novela descubre que oculta valor en lo más profundo de su ser.
Su completo opuesto está en Gavin, que destila carisma por los cuatro costados. Es el típico protagonista al que todo le sale bien y siempre consigue lo que se propone, pero a lo largo de la novela le asaltan las dudas, perdiendo parte de su condición de omnipotente.
En conclusión, la lectura de El prisma negro la considero indispensable para todo buen amante de la fantasía, dado que narra una historia trepidante y llena de acción que atrapa al lector desde la primera hasta la última página. Además, sus continuaciones son aún mejores, si es que eso es posible.
Además, es uno de esos libros que te agarra con fuerza y no te suelta desde sus primeras páginas. Brent Weeks lo consigue imprimiendo un ritmo endiablado a la trama gracias a un uso inteligente y ágil de los distintos puntos de vista y a la relativa brevedad de cada capítulo. Son varios los protagonistas de la novela, aunque solamente dos, Gavin y Kip, son los que cargan con la mayor parte del peso de la trama. La variedad de puntos de vista ayuda asimismo a conocer mejor las diversas motivaciones de los personajes y aporta más profundidad a la interacción entre unos y otros, al tiempo que aumenta la tensión dramática de ciertos momentos por el contraste entre lo que sabe el lector y lo que desconocen los personajes.
Kip puede ser el descubrimiento más interesante de la novela. Es un joven de 15 años, gordo, torpe y cobarde que lo compensa todo con una lengua afilada que le mete en más de un problema y que aporta una agradable faceta cómica al personaje. Sin embargo, conforme avanza la novela descubre que oculta valor en lo más profundo de su ser.
Su completo opuesto está en Gavin, que destila carisma por los cuatro costados. Es el típico protagonista al que todo le sale bien y siempre consigue lo que se propone, pero a lo largo de la novela le asaltan las dudas, perdiendo parte de su condición de omnipotente.
En conclusión, la lectura de El prisma negro la considero indispensable para todo buen amante de la fantasía, dado que narra una historia trepidante y llena de acción que atrapa al lector desde la primera hasta la última página. Además, sus continuaciones son aún mejores, si es que eso es posible.
Sinopsis: Gavin Guile es el Prisma, el hombre más poderoso del mundo, además de sumo sacerdote y emperador, encargado de mantener una paz resquebrajadiza que solo se sostiene en virtud de su poder, ingenio y carisma. Pero la vida de los Prismas nunca es larga, y Guile sabe con exactitud de cuánto tiempo dispone: cinco años en los que deberá lograr otros tantos objetivos imposibles.
Cuando Guile descubra que tiene un hijo, nacido en un reino lejano al término de la guerra que lo condujo al trono, tendrá que decidir qué precio está dispuesto a pagar con tal de proteger un secreto que podría reducir su mundo a escombros.
Cuando Guile descubra que tiene un hijo, nacido en un reino lejano al término de la guerra que lo condujo al trono, tendrá que decidir qué precio está dispuesto a pagar con tal de proteger un secreto que podría reducir su mundo a escombros.
5/5
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